Sin embargo, la creatividad no sólo consiste en componer imágenes de manera distinta, sino también en intervenir espacios de manera original y darse a conocer al público objetivo de una manera diferente y, muchas veces, disruptiva. Y si hablamos de publicidad disruptiva podemos citar el caso de la campaña que llevó a cabo la marca de relojes IWC, donde simulaba que los pasajeros del autobús de Berlín estaban usando un reloj de la marca a través de la intervención de las agarraderas del automóvil.
Otra campaña que muestra que la creatividad no tiene límites es la de una marca oriental de cámaras digitales, que juega con las formas de un autobús a través de una intervención totalmente innovadora.